La pandemia por COVID-19 causada por el virus SARS-CoV-2 continúa teniendo un impacto grave entre muchas personas, incluidas las personas con cáncer, sus familiares y cuidadores (para más información sobre la COVID-19 y cómo podría afectar a los pacientes de cáncer y sus cuidadores, consulte Preguntas comunes acerca del brote de COVID-19).
Las vacunas (también llamadas inmunizaciones) se utilizan para ayudar al sistema inmunitario de una persona a reconocer y a proteger el cuerpo contra determinadas infecciones. Las vacunas que ayudan a brindar protección contra la COVID-19 ya comienzan a estar a disposición de la gente. A continuación conversaremos sobre algunas de las preguntas que la gente con cáncer (o con antecedentes de cáncer) podría tener acerca de las vacunas contra la COVID-19.
Muchos grupos médicos expertos recomiendan que la mayoría de las personas con cáncer o con antecedentes de cáncer deben vacunarse contra la COVID-19. Debido a que la situación para cada persona es distinta, lo mejor es hablar sobre los riesgos y beneficios de vacunarse contra la COVID-19 con su médico oncólogo, quien puede asesorarlo.
¿Es seguro para los pacientes de cáncer recibir cualquier tipo de vacuna?
Las personas con cáncer (o con antecedentes de esta enfermedad) pueden recibir algunas vacunas, pero esto depende de muchos factores, tales como el tipo de cáncer que la persona tiene (tuvo), y si la persona aún se encuentra recibiendo tratamiento oncológico, así como si su sistema inmunitario funciona apropiadamente. Debido a esto, lo mejor es consultar con su médico antes de recibir cualquier tipo de vacuna. Para más información, consulte La vacunación y las vacunas contra la gripe para personas con cáncer .
¿Qué vacunas contra la COVID-19 están disponibles?
Tres vacunas contra la COVID-19 han recibido una autorización de uso de emergencia (EUA, por sus siglas en inglés) por parte de la Administración de Alimentos y
Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos:
- La vacuna de Pfizer-BioNTech está autorizada para ser aplicada en personas mayores de16 años Se administra en 2 dosis con un lapso de 3 semanas.
- La vacuna de Moderna está autorizada para ser aplicada en personas mayores de 18 años. Se administra en 2 dosis con un lapso de 4 semanas.
- La vacuna de Johnson & Johnson (Janssen) está autorizada para personas mayores de 18 años. Se administra como una sola inyección.
Las vacunas Pfizer-BioNTech y Moderna contienen ARN mensajero (ARNm), que es un tipo de material genético. Después de que una persona recibe la vacuna, el ARNm ingresa a las células del cuerpo y les dice que hagan copias de la proteína «espicular» del virus COVID-19 (la proteína que normalmente ayuda al virus a infectar las células humanas). Esto no causa enfermedad, pero sí ayuda a enseñar al sistema inmunitario a actuar contra el virus si el cuerpo se expone a él en el futuro.
La vacuna Johnson & Johnson (Janssen) contiene un adenovirus (un tipo de virus que es diferente del coronavirus que causa COVID-19), que se ha modificado en el laboratorio para que contenga el gen (fragmento de ADN) para la proteína espicular del virus de COVID-19. Una vez que el adenovirus ingresa a las células del cuerpo, este gen le dice a las células que hagan copias de la proteína espicular. Esto hace que el sistema inmunitario reconozca y ataque el virus de COVID-19 si el cuerpo se expone a él en el futuro. El adenovirus en esta vacuna no es un virus vivo porque ha sido modificado para que ya no pueda reproducirse en el cuerpo (ni pueda causar enfermedad).
Se ha descubierto que estas tres vacunas reducen significativamente el riesgo de infección por COVID-19. También se ha demostrado que son muy eficaces para reducir el riesgo de enfermedad grave, ser hospitalizado o morir de COVID-19 si está infectado.
Algunas vacunas para otras enfermedades contienen versiones modificadas de los virus vivos que causan las enfermedades. Estos virus vivos no causan problemas en personas con sistemas inmunitarios normales. Pero es posible que no sean seguras para las personas con sistemas inmunitarios debilitados, por lo que, por lo general, no se recomiendan las vacunas de virus vivos para los pacientes con cáncer. Sin embargo, las vacunas contra la COVID-19 disponibles en los EE. UU. no contienen este tipo de virus vivos.
Para obtener más información sobre estas vacunas, consulte «¿Deberían las personas con cáncer recibir una vacuna específica contra la COVID?»
¿Qué es una autorización de uso de emergencia (EUA)?
En una autorización de uso de emergencia, la FDA permite el uso de una vacuna o medicamento durante un momento de emergencia, tal como la actual pandemia de COVID-19, cuando hay evidencia que indica que los beneficios potenciales superan los riesgos potenciales. Una EUA no es lo mismo que una aprobación completa emitida por la FDA, la cual implica un proceso de revisión más exhaustivo sobre la eficacia y seguridad del producto.
Los medicamentos y las vacunas que han recibido una EUA continúan siendo examinados en estudios clínicos. Por ejemplo, aún no se tiene certeza si una persona ya vacunada pueda aún transmitir el virus a otras personas. Esto aún sigue siendo estudiado, al igual que cualquiera de los posibles efectos secundarios a largo plazo de las vacunas. Los
investigadores también están tratando de determinar durante cuánto tiempo dura la protección de las vacunas contra el virus. Mientras tanto, los expertos de la salud recomiendan que cuando estén en público, las personas que han recibido la vacuna deben seguir usando una mascarilla, seguir practicando el distanciamiento social y una buena higiene de manos, así como evitar las multitudes y los lugares con mala circulación de aire.
¿Cuáles son los efectos secundarios de las vacunas?
Los efectos secundarios comunes que se han informado tras haber recibido las vacunas incluyen:
- Dolor, enrojecimiento o hinchazón en el sitio de la inyección
- Cansancio
- Dolor de cabeza
- Fiebre
- Escalofríos
- Dolor en músculos y articulaciones
Estos efectos secundarios suelen desaparecer en unos pocos días.
Inflamación o sensibilidad en ganglios linfáticos
Algunas personas pueden presentar inflamación o sensibilidad en los ganglios linfáticos axilares (debajo del brazo) en el que recibieron la inyección. Esto a menudo es una reacción normal del sistema inmunitario, que se está preparando para combatir una futura infección por COVID-19.
Un ganglio linfático inflamado bajo el brazo podría ser motivo de inquietud, pues esto también suele ser una señal de cáncer de seno, entre otros tipos de cáncer. El tiempo que se requiere para que un ganglio linfático se recupere de la inflamación tras la vacunación puede que sea de varios días a unas cuantas semanas, aunque esto aún sigue siendo investigado. Si usted nota inflamación o sensibilidad en los ganglios linfáticos axilares que no desaparece tras algunas semanas (o si la inflamación sigue empeorando), comuníquese con su médico para conversar sobre cómo proceder.
Mamogramas de detección: consulte la sección «¿Podría la vacuna generar problemas en caso de tener que hacerme un mamograma?», para más información sobre las vacunas contra la COVID-19 y los mamogramas.
Para quienes tienen cáncer de seno o antecedentes de la enfermedad, consulte la sección «¿Qué pasa si tengo cáncer de seno o antecedentes de esta enfermedad?», para obtener más información sobre el brazo en el que se debe aplicar la inyección.
Efectos secundarios graves y a largo plazo de las vacunas contra la COVID-19
Hasta el momento muy pocos casos de preocupaciones graves se han reportado debido a cualquiera de las vacunas. En raras ocasiones las personas manifestaron alguna reacción alérgica tras haber recibido alguna de las vacunas. Esto parece ser más probable en personas que han presentado reacciones alérgicas graves anteriormente.
Estas vacunas son relativamente nuevas, por lo que aún se están estudiando los efectos secundarios a largo plazo.
¿Están disponibles las vacunas contra la COVID-19 para las personas con cáncer?
Es probable que el suministro de vacunas en los Estados Unidos sea limitado durante algún tiempo. Además, también podría variar entre las distintas partes del país en función de la distribución, las prioridades que cada área tiene y el número de personas interesadas en vacunarse.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos han hecho una serie de recomendaciones sobre cuáles grupos de personas deberán ser los primeros en recibir la vacuna. Los estados y otras entidades municipales están usando estas recomendaciones como guía en sus criterios de distribución de las vacunas, aunque no están obligados a seguirlas de manera exacta. (De hecho, en algunas partes se ha optado por emplear prioridades ligeramente distintas al determinar a cuáles grupos de personas corresponde ofrecer las vacunas primero).
Los grupos recomendados para que reciban las vacunas primero han incluido a personas de más alto riesgo (tal como profesionales de la salud de primera línea, socorristas y residentes de hogares de ancianos). Posteriormente seguirán los grupos que presenten un riesgo ligeramente menor (tal como la gente de cierta edad, personas con ciertas afecciones médicas y personas de otras profesiones esenciales), y así sucesivamente.
Los pacientes con cáncer y las personas con antecedentes de cáncer no fueron incluidos dentro de los grupos recomendados por los CDC para recibir las vacunas inicialmente. Sin embargo, las personas con cáncer sí se encuentran incluidas en alguno de los siguientes grupos de prioridad, los cuales incluyen a las personas con ciertas afecciones médicas de alto riesgo.
Como se mencionó anteriormente, los estados y otras entidades locales emplean las guías de los CDC para determinar sus propias prioridades en la distribución de las vacunas, no obstante no están obligados a seguirlas. Para saber más sobre los criterios de prioridad de distribución de las vacunas en su región, póngase en contacto con el departamento de salud pública que corresponda a su región.
Es posible que otras vacunas contra la COVID-19 también estén disponibles en los próximos meses, lo cual debería ayudar con el suministro. Sin embargo, es probable que todavía pase un tiempo antes de que las vacunas estén ampliamente disponibles para cualquier persona que desee vacunarse.
¿Deben vacunarse los pacientes y los sobrevivientes de cáncer?
Muchos grupos médicos expertos recomiendan actualmente que la mayoría de la gente con cáncer o con antecedentes de la enfermedad se vacunen contra la COVID-19, una vez que se encuentren disponibles las vacunas para ellos. La principal preocupación acerca de recibir la vacuna no es su seguridad para las personas con cáncer, sino qué tan eficaz será en prevenir la infección, especialmente en personas con sistemas inmunitarios debilitados. Algunos tipos de tratamiento como la quimioterapia , la radioterapia , el trasplante de médula ósea o la inmunoterapia pueden afectar el sistema inmunológico, lo cual podría hacer que la vacuna resulte menos eficaz.
Los estudios iniciales para probar las vacunas contra la COVID-19 no incluyeron a personas en tratamiento con medicamentos que suprimen la función del sistema inmunitario, como es el caso de la quimioterapia o personas cuyo sistema inmunitario se encuentra debilitado por otros motivos. Esto se debe a que los estudios requieren primero probar si las vacunas funcionan en personas con un sistema inmunitario saludable. Es por esto que aún no se tiene certeza de cuán eficaz podrían ser las vacunas en estos grupos de personas.
Aunque todavía no contamos con información específica sobre la eficacia de las vacunas en las personas que reciben tratamiento contra el cáncer, es posible que las vacunas no sean tan eficaces en las personas con sistemas inmunitarios debilitados en comparación con personas con sistemas inmunitarios sanos. A pesar de esto, los expertos aún recomiendan que la mayoría de los pacientes con cáncer se vacunen porque los que tienen un sistema inmunitario frágil corren el riesgo de contraer COVID-19 grave, por lo que obtener incluso algo de protección de la vacuna es mejor que no tener ninguna protección
Debido a que la situación de cada persona es diferente, lo mejor es hablar sobre los posibles riesgos y beneficios de vacunarse contra la COVID-19 con su médico oncólogo. Ellos pueden asesorarle e indicarle cuándo debe vacunarse.
También es importante saber que incluso después de vacunarse contra la COVID-19, los expertos en salud aún recomiendan que cuando esté en público, continúe usando una mascarilla, practique el distanciamiento social y una buena higiene de manos, y evite las multitudes y los lugares con mala circulación de aire (ventilación). Para las personas que están completamente vacunadas, los CDC tienen pautas ligeramente diferentes para cuando se reúnen en el interior.
¿Deben las personas con cáncer recibir una vacuna específica contra la COVID-19?
Como se menciona en “¿Qué vacunas contra la COVID-19 están disponibles?”, las vacunas Pfizer-BioNTech y Moderna son vacunas de ARNm, mientras que la vacuna Johnson & Johnson (Janssen) es una vacuna de adenovirus. La diferencia más importante entre ellas en este momento es que las vacunas de ARNm se administran en dos inyecciones (durante 3 a 4 semanas), mientras que la vacuna de adenovirus se administra en una sola inyección.
Estas vacunas se han estudiado en diferentes lugares y en diferentes momentos, y no ha habido estudios que comparen directamente las diferentes vacunas contra la COVID. Debido a esto, no está claro si alguna de las vacunas es más segura o más efectiva que las demás. Tampoco está claro aún si alguna de las vacunas será más (o menos) efectiva contra algunas de las nuevas variantes de COVID-19 que han aparecido en los últimos meses. Esto se está estudiando ahora, al igual que la posibilidad de necesitar inyecciones de refuerzo en el futuro para ayudar a protegerse contra estas variantes.
Se ha demostrado que las tres vacunas actualmente disponibles son efectivas tanto para reducir el riesgo de contraer COVID-19 como para reducir el riesgo de contraer una enfermedad grave si está infectado.
En este momento, ninguna organización médica importante ha recomendado obtener un tipo de vacuna contra la COVID sobre otro, ya sea para pacientes con cáncer (o sobrevivientes) o para otras personas. Muchos expertos en salud creen que recibir la vacuna una vez que esté disponible para usted, cualquiera que sea, es más importante, en lugar de esperar a recibir una vacuna específica.
A medida que se disponga de nueva información sobre las diferentes vacunas contra la COVID, es posible que esta guía cambie. Por esta razón, es importante hablar con su médico oncólogo sobre la vacunación.
¿Debo seguir tomando precauciones si recibo la vacuna contra la COVID-19?
Las vacunas contra la COVID-19 aún se están estudiando, ya que hay cosas que aún no sabemos sobre ellas. Por ejemplo, los investigadores todavía están tratando de determinar cuánto tiempo ayudarán las vacunas contra la COVID-19 a brindar protección contra el virus. Y aunque las vacunas pueden reducir claramente el riesgo de contraer una enfermedad grave por COVID, aún no está claro si pueden prevenir la propagación del virus a otras personas.
Debido a esto, los expertos en salud recomiendan que incluso después de recibir la vacuna contra la COVID-19, si está en público, debe usar una mascarilla, practicar el distanciamiento social y una buena higiene de manos, y evitar las multitudes y los lugares con mala circulación de aire. Para las personas que están completamente vacunadas, los CDC tienen pautas ligeramente diferentes para cuando se reúnen en el interior.
¿Qué pasa si tengo cáncer de seno o antecedentes de cáncer de seno?
Algunas personas que reciben la vacuna contra la COVID-19 pueden presentar inflamación en los ganglios linfáticos debajo del brazo en el que se aplicó la inyección (consulte la sección previamente mencionada «¿Cuáles son los efectos secundarios de las vacunas?»). Debido a que un ganglio linfático inflamado debajo del brazo también puede ser un signo de propagación del cáncer de seno, la mayoría de los médicos recomienda que las personas con cáncer de seno o antecedentes de la enfermedad reciban la inyección en el brazo del lado opuesto del cáncer de seno. Por ejemplo, si su cáncer de seno/ cirugía de seno fue en el seno izquierdo, es probable que lo más recomendable sea que se aplique la vacuna en el brazo derecho.
Los ganglios linfáticos inflamados después de la inyección de una vacuna también pueden afectar los resultados de su mamograma. Consulte la sección a continuación.
¿Podría la vacuna generar problemas en caso de tener que hacerme un mamograma?
La vacuna contra la COVID-19 puede causar inflamación en los ganglios linfáticos debajo del brazo en el que se aplica la inyección (consulte la sección previamente mencionada, «¿Cuáles son los efectos secundarios de las vacunas?»).
Los ganglios linfáticos debajo del brazo pueden aparecer en un mamograma de detección para el cáncer de seno, lo que podría ser motivo de preocupación y generar la necesidad de realizar más pruebas.
Si usted tiene programado un mamograma poco tiempo después de haber recibido una vacuna contra la COVID-19, es importante que informe al médico cuándo y en qué brazo recibió la inyección. En base a su situación, los médicos le indicarán si se deberá cambiar la fecha para la realización de su mamograma. No postergue un mamograma sin haberlo consultado primero con su médico.
¿Está bien que se vacunen los cuidadores de pacientes con cáncer?
Algunas vacunas para otras enfermedades contienen versiones modificadas de los virus vivos que causan las enfermedades. Por lo general, estos tipos de vacunas de virus vivos no se recomiendan para los cuidadores de pacientes con cáncer porque pueden tener efectos secundarios no deseados en estos pacientes. Sin embargo, las vacunas disponibles contra la COVID-19 no contienen estos tipos de virus vivos, por lo que recibir estas vacunas no impone riesgo alguno de transmitir COVID-19 a la persona que está a su cuidado.
Es importante mencionar que si usted se vacuna contra la COVID-19 y posteriormente se expone al virus, aún no se sabe si la vacuna evitaría que usted pudiese transportar el virus y
contagiar a alguien más, incluso sin que usted se enferme. Por esta razón, los expertos de la salud recomiendan que incluso después de vacunarse, si se encuentra en público debe continuar con el uso de cubrebocas o mascarilla, seguir con las prácticas de distanciamiento social y las medidas de higiene con las manos, y evitar los lugares donde haya concentraciones de gente, así como los lugares con mala circulación de aire.
Es posible que las personas vacunadas no se sientan bien durante los primeros días tras recibir la vacuna, por lo que podría tener sentido contar con otra persona que pueda ayudar con los cuidados de la persona con cáncer durante estos días.
FUENTE:
https://www.cancer.org/es/tratamiento/tratamientos-y-efectos-secundarios/efectos-secundarios-fisicos/recuentos-sanguineos-bajos/infecciones/vacunas-contra-covid-19-y-personas-con-cancer.html